Port Hotels planifica 5.000 plazas hoteleras en su plan estratégico

La cadena Port Hotels panifica 5.000 plazas en su plan estratégico y con la apertura de nuevos establecimientos y la economía de escala que aporta el uso de inteligencia artificial y datos.

La familia Mayor cuenta con oferta alojativa en Benidorm, donde tiene su origen, Elche, Calp, Dénia y las dos capitales provinciales, Alicante y València.

Salvo los fieles clientes, el sector atraviesa un profundo debate interno sobre su modelo que personas como el presidente de Port Hotels, Toni Mayor, despejan rápidamente. «Durante la pandemia, pusimos los cimientos del Port Benidorm», comenta con una sonrisa a medias, que es un sello de su personalidad y con la que quiere expresar toda la apuesta de expansión que tiene sobre la mesa el grupo.

Lleva más de 50 años dedicado a la hotelería, una profesión en la que entró por los pisos de arriba y le caló hasta la piel. Sus padres formaron parte de esa generación que inventó el turismo en el Benidorm de los 60 y que transformó aquella localidad alicantina en una de las puertas turísticas del país.

En estos más de 50 años de vida, la sociedad ha pasado de esa pensión a 11 establecimientos en seis localidades distintas de la Comunidad Valenciana (Benidorm, Elche, Alicante, Valencia, Dénia y Calp), lo que representa cerca de 4.000 plazas hoteleras, 1.927 habitaciones y 900 empleos directos. Tanto Toni Mayor como su hija, Ana, comentan algunos de los hitos relevantes del grupo, aquellos que de alguna manera los ha definido como cadena. En primer lugar hay que marca en el calendario el año 1973 como muestra de la ambición de un joven hotelero. Mayor asume la antigua pensión y la transforma en el Maysu, un hotel al que incorpora 100 habitaciones más. Es el despertar de un grupo de empresarios que ven en el sector un futuro y que les lleva a poner en marcha una asociación, germen de la actual y poderosa patronal hotelera Hosbec.

Estrategia a cinco años

Es, entonces, en 2014 cuando emerge la marca Port Hotels, sobre la que ha prosperado el grupo en estos últimos años, con cambios de nombres en los establecimientos y la idea de llevar adelante un plan estratégico que se podría resumir en cuatro ejes. El primero es el modelo de gestión interna; el segundo, la innovación constante; el tercero, nuevos servicios adaptados a los huéspedes, y el cuarto, llegar a los 100 millones de facturación en 2030.

Empezando por el último punto, la sociedad facturó el año pasado 74,9 millones de euros, el 14 % más que en 2023. El crecimiento ha sido una constante en el grupo, salvo durante el ejercicio marcado por la pandemia, cuando todo se paró. Pero, excepto por ese inciso, lo cierto es que la compañía ha duplicado sus cuentas en siete años.

100 millones en 2030

En el plan estratégico, está el objetivo de llegar a los 100 millones de facturación en 2030. Para lograr este hito hay que tener en cuenta que en cartera la cadena cuenta con tres solares, uno en Valencia y dos en Benidorm, y sopesan una cuarta opción sin avanzar su ubicación. En la hoja de ruta, de momento, no están las dos grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona; sin embargo, sus propietarios dejan la puerta abierta a esta opción en cualquier momento.

Sobre la mesa también está la entrada de posibles inversores. «Novios hay -reconoce la vicepresidenta-, pero, si llegan, no vamos a perder la vinculación con el negocio ni el control. Nunca vamos a hacer una operación que nos deje en segundo plano». La actual mercantil es exclusivamente familiar y los tres hermanos Mayor tienen un reparto desigual. Toni, como presidente, posee el 51% de Ona Sol y el restante 49% se lo reparten Enrique y Juan.

En el último año, la inversión ha rondado los cinco millones y esta metodología se repite sin parar. Aunque no hay una cifra anual exacta, ambos relatan la relación de reformas que se llevan a cabo en cada establecimiento. «Queremos seguir creciendo y lo vamos a hacer de una manera muy sostenible, sin comprometer el capital del patrimonio familiar», apunta la vicepresidenta. Las líneas maestras las relata Ana y la principal muestra es el hotel de la playa de San Juan, donde se realiza la entrevista y que ahora es punta de lanza de algunas experiencias piloto que continuamente testea el grupo. La lista la interrumpe Toni para concretar: «Si la gente se queja de los colchones, pues se cambian».

Sobre el uso de robots en la atención al cliente, de momento, la respuesta es no. «La empatía en la atención al cliente es difícil de sustituir», argumenta Ana, para apostillar después el presidente: «Pero si llega el momento en el que el cliente lo pida, se pondrá».

Extracto del artículo Publicado en Diario Información.

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